martes, 30 de septiembre de 2014

Tu cabello es tu mejor vestido, no lo dejes pasar de moda



"Creo que todos los días deberíamos recordar que hay españoles que trabajan de sol a sol..." 


Me gusta pasear al final del atardecer como, supongo, a todos los que amamos la fotografía. La "hora mágica la llaman", aunque en realidad son nada más que unos minutos. El sol todavía ilumina, aunque con luz mortecina. Las farolas comienzan a encenderse y los escaparates de los comercios empiezan a destacar sobre las fachadas. Esto último fue lo que llamó nuestra atención sobre la peluquería de Jose. Teresa y yo decidimos entrar a saludarlo. La fachada del local no es atractiva, pero el calor de la habitacion y la sonrisa del anfitrión lo hacían acogedor al entrar.
Acababa de terminar con la última clienta de ese día. Cuando abrió su peluquería no hacía mucho rato que había amanecido. Creo que todos los días deberíamos recordar que hay españoles que trabajan de sol a sol... Enseguida Teresa y él entablaron la conversación. Yo revisaba en la pantalla de mi cámara las fotos que acababa de hacer en la calle cuando ví la oportunidad de capturar un foto interesante. No había mucha luz en el interior de la peluquería: tocaba abrir diafragma, subir ISO y bajar la velocidad. Percibía en su conversación el reflejo del cansancio de la larga jornada junto a la satisfacción que produce el deber cumplido. Eran los primeros minutos de relax, los últimos en su comercio antes de retirarse a descansar para afrontar una nueva jornada. Entonces sonó su teléfono y aproveché su distracción. Clack-clack.

No hay comentarios:

Publicar un comentario